Mi historia empieza un 02 de Julio de 1990, en una familia humilde de Carabanchel, Madrid. Llegué en el tiempo de descuento, ya que mi madre me tuvo con 45 años y tengo una diferencia de edad con mis hermanos de 17 y 14 años.
Mi llegada supuso un gran acontecimiento, ya que en el parto, mi madre casi muere al tenerme, gracias a Dios todo salió bien para las dos.
Desde mi llegada a este mundo yo he sido la niña de papá, aunque el recuerdo que tengo de mi infancia es que me sentía sola, que nadie me hacía caso y que todos eran muy mayores para jugar conmigo, no tenían tiempo para mí y que hasta en algunas ocasiones era una molestia.

Crecí y a la edad de 15 años conocí a mi primer novio, aún le recuerdo, alto, moreno, mayor que yo, un “chico malo de barrio”, me encantó, pero claro, no fue en mí en quien se fijó, sino en una amiga más alta, más rubia y más guapa que yo, aún así, yo le anhelaba y quería que fuera mío.
Pasaron los meses y mi amiga le dejó y como por arte de magia se fijó en mí y me pidió salir, recuerdo ese día como uno de los mejores días de mi vida, ya que el chico que me gustaba, que yo quería, me había hecho caso por fin.
Empezamos a salir, yo estaba enamorada, le escribía cartas, quería estar con él todo el tiempo, mi mundo empezó a ser él, todo cobro sentido, me sentía guapa, importante, vista, valorada.

En esos 6 años de noviazgo no fue como me había imaginado de pequeña que era estar con el amor de tu vida, ya que a los pocos meses empezaron las mentiras, las infidelidades y los coqueteos con las drogas. Al inicio yo no me creía nada o no quería creérmelo y empecé a separarme de la gente que me contaba esas cosas, ya que ellos eran los malos que me querían separar del amor de mi vida, todo esto hizo que dejara de ser una niña buena y me  convirtiera en una persona insegura, desconfiada y totalmente inestable emocionalmente.
Al igual que él, yo también comencé con las infidelidades, mentiras a mi familia y amigos, adentrándome con él de la mano en el mundo de la noche y las drogas.

Después de esos 6 años hubo la primera separación, él decidió no estar conmigo y yo no soporté dicha desición, no vi otra salida que intentar suicidarme, ya que mi vida no tenía ningún sentido, me sentía sola, abandonada, incomprendida y que nunca más iba a volver a enamorarme y sentirme tan plena como me sentía con él.

Todos esos pensamientos hicieron que durante 9 años más hubieran idas y venidas con esa persona, que la dependencia emocional cada vez fuera más grande, las infidelidades se convirtieron en un juego de a ver quién podía con más, las mentiras era algo tan habitual, que ya dudaba de cual era mi realidad, ya que a mis amigos y familiares siempre les ocultaba que volvía con él, el consumo de drogas ya era algo habitual en los fines de semana.

En ese tiempo, los años pasaban y yo siempre guardé la esperanza que cambiarían las cosas, que algún día nos cansaríamos de drogarnos, de salir y estar con otras personas, de que sentaríamos la cabeza, nos compraríamos una casa y tendríamos hijos, pero eso NUNCA PASÓ.

¿Nunca has sentido una vocecita dentro de ti que no para de mandarte mensajes negativos y de crear situaciones catastróficas que nunca acaban sucediendo?

¿Nunca has pensado de donde vienen o porqué sólo se activan en ciertas situaciones en concreto?

A través de la psicoterapia vamos directamente a las causas (pensamientos), corrigiendo así todos sus efectos (relaciones tóxicas con personas, con el dinero, la comida…).

En realidad no hay un momento preciso; es decir, en cualquier momento de tu vida personal es recomendable que acudas a un psicoterapeuta, aunque la gran mayoría siente la necesidad cuando el límite de sufrimiento ha llegado a su máximo y la situación que se vive es insostenible.
Por temas de salud emocional siempre que estés cansando, abrumado y harto de que un episodio se repita en tu vida una y otra vez, la psicoterapia te abre la puerta a una nueva visión de la vida.

La psicoterapia es un encuentro en el que se motiva a hablar de tus pensamientos y emociones que te molestan, deprimen o preocupan y donde se buscará el inicio de todos ellos, para así poner luz donde antes solo había oscuridad.

Gracias a la tecnología, la psicoterapia se puede llevar a cabo en cualquier parte del mundo, sólo necesitas una buena conexión a internet, un lugar calmado en donde no te vayan a interrumpir y abrirte a una nueva información que transformará tu vida.